martes, 20 de julio de 2010

ÉSE LUGAR EN LA TIBIA NOCHE

I

Un santuario de tus labios
se enredaron en mi piel, por un momento lo pensé,
ser de ti sin medidas, –la realidad daba el tirón-
que defendía mi soledad, que buscaba una duda,
que abriría un abismo cruel, no le tome importancia,
sin embargo fue…

II

Era fácil tatuar las caricias en la memoria epidermis,
en la memoria sexo, por un momento burlé la oscuridad,
brillo sin par confundió éste invierno,
con mis hojas que caen, con mi suelo de hielo,
fuego es, mencionasteis, fuego fue.
---sólo tiritar del viento, sólo tiritar del fuego---

III

Los dos un sol quemándose en su propia luz,
en nuestro mar de azul, de tu corazón azul,
la mancha la realidad, la guillotina la realidad,
--ahora veo el flirt, tu voz--
En un lugar del pasado se esconde el amor,
detenido, segundo a segundo, aferrándose,
pereciendo lento, consumido.

IV

Las agujas del reloj, de mi tiempo,
donde después del cobijo, donde volaba un ave,
blanca, rebosante,
donde la carne es carne, y las lágrimas diamantes,
la saciedad es imposible, amor,
donde las palabras de la piel responden
con su idioma fugaz, con sus versos eternos,
como agujas, como agujas de mi tiempo.

V

En un lugar, donde la misma realidad sucumbió,
y el fuego, con su propiedad de fénix,
de hijo crepúsculo, muriendo - viviendo,
apareció dejando huella en ti,
paseándose sobre mis sueños, dormidos y despiertos,
ésa noche, ésos besos, una conversación de la piel,
diálogo de los labios, firmas de caricias,
vocales de presión, palmadas de oraciones,
versos de mordidas, y muchas otras pericias de la lengua,
ése lugar, ésa tibia noche donde la misma realidad se fue,
donde fuimos resurgir, allí, allí siempre estaremos,
esperando el momento oportuno para volver.

---del poemario inédito: “Saudade”---
Miércoles 10 de mayo del 2010.

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