sábado, 4 de septiembre de 2010

INTERMEZZO MATUTINO


La horda que anuncia el sol
se reblandece y muere
en la ardiente llama
de tus ojos, como alba
rojiza y breve, como gris centella
se alza y vuela el alma
fresca y mojada, aún por las
primeras gotas del rocío, como un
antiguo polvo de estrella sátira.

Despiertan las aves de su recodo bendito
envueltas en cantos de inspiración profunda
como si quisieran llegar hasta el infinito
para revivir el alma más moribunda.

Luz milenaria, mujer presentada de
pronto en la oscuridad, en mi oscuridad
tan vulgar y vana, bendita estatua
de viento, oro y cristal.

Llegas a la tierra de pronto, como
rayo fugaz, pero te detienes de un
golpe y te eternizas, sobre las rosas
esquivas y los ríos de amor y besos

Te pintas en las pupilas sollozadas
en los campos trémulos de almas azules,
en los delirios de las mariposas sobre
los néctares de las fragantes flores.

Y la vida en un festín áureo
canta su himno de eterno flirt
y rompe su velo de orquídeas
y carmín, el de los labios rojos y violín.

Del poemario inédito: El flirt de gaia.
Vl. Chevez.

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